jueves, 1 de diciembre de 2011

DÍA MUNDIAL DE LA LUCHA CONTRA EL HIV - SIDA



1988 - Día Mundial de la lucha contra el SIDA - 2011

El desafío de vivir con VIH y tener una vida segura y placentera

Los portadores sólo deben vencer los miedos y las culpas, dicen los especialistas.



Cuando a una persona le diagnostican VIH, generalmente se angustia. Tiene miedo y manifiesta una gran preocupación de cómo continuará su vida. Cómo seguir adelante en el terreno de la salud, cómo transmitirles la noticia a los seres queridos, el temor al rechazo o a ser discriminado y qué ocurrirá en el trabajo son algunas de las inquietudes que se plantean.
Sin embargo, otro tema que inmediatamente surge está relacionado con el futuro, ante la posibilidad de poder contagiar a una pareja.Más allá de este primer cimbronazo, si la persona ha podido elaborar y aceptar su nueva realidad, así como, iniciar un tratamiento y ver los avances que va logrando, tendrá el camino listo para volver a pensar en su vida plena. Al principio prevalecen el miedo, la angustia, la desesperación, la bronca, la vergüenza. Cuando la persona inicia un tratamiento y se informa sobre el VIH, empieza a recobrar confianza y surge la esperanza de llevar una vida sana y normal. Y la sexualidad no está exenta de ello. Los especialistas sostienen que las personas con esta enfermedad deben fortalecerse en la decisión de exigir el uso del preservativo, tanto por ellas como por su pareja o compañero ocasional, sin justificar esta exigencia por la realidad de vivir con VIH ya que el cuidarse y cuidar al otro les dará una oportunidad de vivir una vida sexual más placentera y sin miedos. Utilizando el preservativo, la sexualidad puede ejercerse perfectamente y plenamente.
“Nadie tiene la obligación de decir que vive con VIH, pero sí la responsabilidad del autocuidado y la protección al otro que es fundamental para poder disfrutar plenamente de un encuentro .
Cada persona sabe o decide cual es el momento indicado para develar su diagnóstico”.

Reencauzar sus vidas, establecer vínculos sanos, elaborar lo vivido, creer y darse la oportunidad de vivir plenamente como personas sexuales sin culpas, permitirá llevar una vida más feliz y a su vez sostener el tratamiento asumiendo el cuidado que se merecen.
El apoyo psicológico con la psicoterapia es fundamental para preservar, resignificar y recrear estas áreas de la vida de las personas.
El dialogo, el respeto por uno y por el otro y el amor, son la base para establecer relaciones afectivas sanas y placenteras.El preservativo es un aliado, no un enemigo. Deber incluirse en las relaciones como un elemento saludable y no como una barrera u obstáculo.
Todas las personas tienen derecho a la salud, al placer y a vivir una sexualidad plena.

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